Mi opinión sobre el cristianismo
Hay cristianos que se identifican mucho conmigo, pues a veces suelo citar las escrituras bíblicas para sostener mis posturas económicas, sociales y hasta políticas
Sin embargo, el hecho de citar a la Biblia no significa que apoye al cristianismo moderno, que en algunos aspecto ha hecho más mal que bien. Las religiones se han vuelto el opio del pueblo, como coloquialmente se dice.
No es una respuesta sencilla, establecer mi opinión acerca del cristianismo, pues no hay solo un cristianismo. Desde sus inicios, al día de hoy, el mundo cristiano ha pasado por muchas transformaciones.
Cristianismo y esoterismo
Algunos cristianos que lean esto, se van a rasgar las vestiduras: Si eres cristiano, tal vez seas más esotérico que el más esotérico de los paganos o adoradores de ídolos.
Si eres de esos cristianos evangélicos, o de cualquera diferente al católico, y crees que porque no usas estatuas o pinturas, ya con eso no eres esotérico, pagano o adorador de ídolos, lo siento pero no va por allí.
Elevar oraciones a un dios, como por ejemplo las oraciones de poder u “oraciones de fe” o los mal llamados “decretos”, sin la más mínima comprensión de lo que es la oración y lo que es la fe, así en automático la oración se vuelve un mantra del tipo oriental, palabrería dictada al aire. Y esto, es una de las tantas formas de esoterismo.
Creer que todo lo bueno que nos sucede, es porque dios conoce las necesidades, y todo lo malo que nos sucede, es por la voluntad de dios, no es otra cosa que el principio de causalidad. No se requiere de la religión para entender que las cosas suceden porque simplemente tienen que suceder.
Y dejar las cosas “en manos de dios”, la salida práctica para todo cristiano moderno, válgame la generalización, es lo mismo que hacía cualquier civilización pre-cristiana: que los dioses del olimpo hagan lo que se les pegue la gana, por ejemplo, que ellos decidan, está en sus manos. Para tal efecto, cualquier religión funcionaría.
El cristianismo del primer siglo o cristianismo primitivo
Cuando cito a la Biblia, me remito al cristianismo que conformó, junto con otras corrientes ideológicas y religiosas como la filosofía griega, taoísmo, budismo, a lo que conocemos hoy como Occidente. No tengo que ser cristiano para reconocer los efectos positivos del cristianismo en el mundo.
Ese cristianismo, que no fue otro más que el que se modeló en su primer siglo de existencia y que se aplicó durante los siguientes cuatrocientos años, sentaron las bases del mundo libre, del mundo que gozamos hoy en día.
Nuestro mundo no es perfecto, pero es mejor que aquel que fue presa de la ignorancia, de la tiranía y de la esclavitud. Ese es el cristianismo en el cual creo, en el que le mostró al mundo que existe una fórmula civilizada para convivir.
El cristianismo moderno, no es cristianismo
Válgame, de nuevo, la generalización. Cuando hablo de cristianismo moderno, no hablo del de los últimos 10 o 20 años, no, hablo del que lleva ya varios siglos. El cristianismo que conocemos hoy se comenzó a cuajar hace poco más de docientos años, en paralelo con la era de la Ilustración, y obtuvo su cambio radical hacia el esoterismo con la llegada del New Age. El cristianismo se volvió “espiritual”, intangible, incomprensible, misterioso, sólo entendido por algunos “iniciados” y para el resto de mortales no es otra cosa que “los caminos misteriosos de dios”.
Por desgracia, este tipo de cristianismo místico se alimenta de la ignorancia de sus feligreses, les avivan sus emociones con enseñanzas carismáticas alejadas de las escrituras bíblicas y de la tradición cristiana, les prometen felicidad instantánea, sabatina o dominguera, que les dura hasta el miércoles o jueves, para volver de nuevo por más droga al siguiente sábado o domingo.
Un cristianismo que nos hunde, a todos, seamos cristianos o no, en un nuevo oscurantismo.
Pero no todo está perdido
Afortunadamente, el conocimiento, cuando es invaluable, no se pierde con facilidad y siempre existe el remanente, ese grupo pequeño de personas que realmente están dispuestos a defender su verdadera fe, con acciones.
Los que me conocen saben que mi ideología es la liberal y aunque dentro del liberalismo existe mucho escepticismo con respecto de las religiones y los religiosos en general, no es mi caso en particular.
Las personas de pensamiento más liberal que conozco son cristianos, de distintas denominaciones: algunos bautistas, presbiterianos, anglicanos, católicos y evangelistas en general. Muchos de ellos comprometidos no sólo con la causa liberal, sino con la causa de reconstruir al mismo cristianismo.
Notas finales
Desde San Agustín, pasando por Lutero y Calvino, Juan Pablo II e incluyendo a pensadores cristianos más actuales como Gary North, cristianos de distintas épocas, me dan constancia de que un mundo más libre sigue siendo posible.
"No tengo que ser cristiano para reconocer los efectos positivos del cristianismo en el mundo."
Esto me lo repito todo el tiempo.